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Miguel Poveda fue el encargado de ponerle el broche de oro al III Ciclo Catalunya Arte Flamenco. Con puntualidad casi inglesa apareció sobre el escenario de L’auditori de Barcelona, predispuesto a conducir al público que abarrotaba la sala por el camino del Flamenco que, entre otros artistas invitados a la tercera edición del festival, él encabeza e ilumina en la actualidad. Y es que el artista catalán brilla en el firmamento de los grandes cantaores, a muchos de los cuales quiso rendir un sentido y aclamado homenaje. No faltaron a la cita clásicos de la talla de Antonio Mairena, la Perla de Cádiz, Pepe Marchena, La Paquera de Jerez, Chano Lobato, Terremoto de Jerez, Camarón de la Isla y, por supuesto, Enrique Morente, “el revolucionario del cante”. Acompañado al toque por Juan Gómez, 'Chicuelo', el artista de Badalona se atrevió con todo tipo de palos: desde la taranta a las cantiñas, pasando por la minera, el fandango y las bulerías que impedían al público mantenerse quieto en las butacas. Mención especial a Manuel Moreno Junquera, 'Moraíto Chico', una de las grandes pérdidas del mundo flamenco en los últimos meses.
Quedó patente, por tanto, de dónde viene la flamencura de Miguel Poveda y a dónde va. Así es como adelantó un par de temas de su próximo disco, arteSano, que saldrá a la venta a finales de febrero y que será presentado el próximo 29 de marzo en el Palau de la Música Catalana. Revisión obligada, además, a la copla, a sus Coplas del Querer, y tributo a las figuras de Juanita Reina, Marifé de Triana y Rocío Jurado. Fue entonces cuando apareció en escena el concertista y compositor Joan Albert Amargós para hacer sonar con maestría un piano que, junto a la voz de Poveda, acabaría emocionando a los allí presentes cuando se arrancaron con su particular versión de El Cant dels Ocells. La sala Pau Casals de L’Auditori contuvo durante unos minutos la respiración y rompió en aplausos ante tal demostración de arte y dominio de registros tan dispares pero a la vez complementarios en el estilo incomparable de Miguel Poveda.
Tras más de dos horas y media de concierto, durante las cuales el cantaor catalán consiguió su propósito de abrir “la caja del sentir” de los espectadores, fin de fiesta con la mítica Leyenda del tiempo de Camarón. Leyenda viva del cante es Miguel Poveda. Consciente o inconsciente, es dueño de virtudes que lo convierten en admirable a la vez que imprescindible: talento, sencillez, temple, valentía, humildad, genio, elegancia y un afán de superación constante. Catalunya puede sentirse muy orgullosa de un artista como él que pasea su arte por el mundo y que, aquí, es y será “profeta” del cante flamenco, del arte y de la cultura “en su tierra”. Excelencia es la palabra que describe actuaciones como la de anoche en L’Auditori. Grandeza es el adjetivo que define a la figura artística –y seguramente a la persona- de Miguel Poveda, un joven continuador del flamenco más tradicional al que imprime un sello tan personal como inigualable. Gloria a Miguel, al Flamenco y a Catalunya como patria chica de grandes genios del cante y del baile flamenco que, como se pudo comprobar anoche, une, llena y emociona.
Saludos
Quedó patente, por tanto, de dónde viene la flamencura de Miguel Poveda y a dónde va. Así es como adelantó un par de temas de su próximo disco, arteSano, que saldrá a la venta a finales de febrero y que será presentado el próximo 29 de marzo en el Palau de la Música Catalana. Revisión obligada, además, a la copla, a sus Coplas del Querer, y tributo a las figuras de Juanita Reina, Marifé de Triana y Rocío Jurado. Fue entonces cuando apareció en escena el concertista y compositor Joan Albert Amargós para hacer sonar con maestría un piano que, junto a la voz de Poveda, acabaría emocionando a los allí presentes cuando se arrancaron con su particular versión de El Cant dels Ocells. La sala Pau Casals de L’Auditori contuvo durante unos minutos la respiración y rompió en aplausos ante tal demostración de arte y dominio de registros tan dispares pero a la vez complementarios en el estilo incomparable de Miguel Poveda.
Tras más de dos horas y media de concierto, durante las cuales el cantaor catalán consiguió su propósito de abrir “la caja del sentir” de los espectadores, fin de fiesta con la mítica Leyenda del tiempo de Camarón. Leyenda viva del cante es Miguel Poveda. Consciente o inconsciente, es dueño de virtudes que lo convierten en admirable a la vez que imprescindible: talento, sencillez, temple, valentía, humildad, genio, elegancia y un afán de superación constante. Catalunya puede sentirse muy orgullosa de un artista como él que pasea su arte por el mundo y que, aquí, es y será “profeta” del cante flamenco, del arte y de la cultura “en su tierra”. Excelencia es la palabra que describe actuaciones como la de anoche en L’Auditori. Grandeza es el adjetivo que define a la figura artística –y seguramente a la persona- de Miguel Poveda, un joven continuador del flamenco más tradicional al que imprime un sello tan personal como inigualable. Gloria a Miguel, al Flamenco y a Catalunya como patria chica de grandes genios del cante y del baile flamenco que, como se pudo comprobar anoche, une, llena y emociona.
Saludos
Última edición por menkita el Miér Ene 18, 2012 7:41 pm, editado 1 vez
