¿Qué tiene este artista opaco y tosco para reventar los estadios españoles?
Un año más El Barrio vuelve a conseguir tres llenos consecutivos en el Palacio de Deportes de Madrid, donde estará actuando hoy (12 de enero), viernes (13) y sábado (14). Analizamos cómo y por qué este músico ha alcanzado un éxito tan masivo en nuestro país, demostrando que el efecto Camela aún tiene tirón y que el pop-flamenco-poligonero está más vivo que nunca. Por Julio Ródenas
Diez es el número clave, la cifra de la incógnita, la suma de un misterio que todavía muchos no saben explicar. Diez veces El Barrio ha reventado hasta los topes el Palacio de Deportes de Madrid en los últimos cuatro años. Es decir, cada uno de esos días, unas 15.500 personas han ido a ver en directo al líder de este proyecto, José Luis Figuereo Selu (Cádiz, 1970).
Ahora vuelve al Palacio, con tres conciertos consecutivos (días 12, 13 y 14 de enero), donde presentará su nuevo disco: Espejos. El cartel de "entradas agotadas" se colgó hace tiempo. Es la consolidación de que 'el efecto Camela' ha vuelto para quedarse una buena temporada. El Barrio está repitiendo e incluso superando el éxito del trío tecno-flamenquito: abarrota grandes recintos y vende miles de discos sin apenas promoción, manteniéndose fiel durante años a su pequeño sello discográfico, el sevillano Ediciones Senador, y apoyándose en el boca a boca como arma principal.
Y aún así, muchos siguen preguntándose cómo un sencillo tipo de Cádiz se pone un sombrero y, con una propuesta musical tan simple y trillada –sabor flamenco con algo de rock y mucho pop melódico-, puede meterse en el bolsillo a 15.500 personas año tras año. ¿Puede uno convertirse en una de las mayores estrellas de este país siendo a la vez lo más anti-rockstar que uno puede imaginar? El Barrio lo ha conseguido
EL FENÓMENO
Aunque Selu comenzó su andadura discográfica en 1996 con Yo sueno flamenco –un disco que intentaba sin éxito copiar la fusión de flamenco y ritmos latinos de los Ketama más decadentes-, la fiebre no llegó hasta 2002, con su quinto trabajo, Me voy al mundo, con el que consiguió su primer Disco de Oro, logros que tuvieron continuación en el álbum Ángel malherido –¿a quién no le han martilleado los tímpanos con la cantinela de “ángel de amor/qué pena que sufriste un desamor/caíste en la hoguera de la pasión/sólo das tormento”- y los conciertos multitudinarios. Pero Selu sigue siendo el de siempre, un músico humilde sin más estrategia estética que unos vaqueros, una camisa y su característico sombrero. "Ése es el rasgo que le distingue de los demás", opina el veterano periodista musical Alberto Vila, quien ha podido conocer de cerca el mundo de El Barrio. "[Selu] es un personaje con un fuerte arraigo tanto en el sur de España como en suburbios y pueblos alrededor de las grandes capitales, posiblemente por las corrientes migratorias que los habitan”, argumenta Vila. El propio músico ha explicado en parte el porqué de su éxito en una entrevista en 2010 con el diario Público: "El secreto está en hacer las cosas con sentimiento y pensando en la gente que te va a escuchar", explicaba Selu. "Hablar de temas candentes de la sociedad, utilizar lenguaje urbano". Para Ángel Carmona, director y presentador de Hoy empieza todo en Radio 3, "es un fenómeno muy de barrio. Quizás es un poco loco lo que voy a decir, pero, salvando las distancias, este fenómeno es comparable al de Fito y Fitipaldis en el sentido de que los dos tienen un punto muy de extrarradio. Lo de El Barrio nos puede parecer una cosa muy poligonera y muy choni, pero es que España también tiene una parte de eso, ya sabes, ese rollo de pintar en un puente Te quiero, Sonia". Este videoclip del tema Querida enemiga refleja ese espíritu a la perfección:
¿A QUÉ SUENA EL BARRIO?
Si las letras del gaditano conectan con el público por su sencillez y ese "lenguaje urbano" –bautiza sus canciones con títulos como Historias de carretera, Crónicas de un gay, Historias de Sevilla o Na de na-, su música se centra en estilos muy populares en ciertos barrios del extrarradio de las ciudades: una fusión de ritmos y acordes flamencos, pop melódico facilón y una derivación ramplona del rock andaluz de los 70 y 80. Selu asegura ser fan de Paco de Lucía –de hecho dio sus primeros pasos como guitarrista en peñas y tablaos- y de grupos clave del rock andaluz, pero el resultado final de sus canciones le acercan más a El Arrebato y Andy & Lucas que a los discos transgresores de sus admirados Triana, Alameda o Medina Azahara. Precisamente con estos últimos grabó una versión del tema Abre la puerta, en homenaje a la banda de Jesús de la Rosa:
LAS CIFRAS DEL ÉXITO
A través del boca a boca, El Barrio ha sido capaz de colocarse como superventas con una rapidez asombrosa. Según las listas de Promusicae, el gaditano ha sido uno de los artistas con más éxito comercial en los últimos años. En 2002 consiguió su primer Disco de Oro con el álbum Me voy al mundo, y tan sólo dos año más tarde, con el dichoso Ángel malherido sonando a todo trapo en la mitad de los coches tuneados del país, logró llenar el Palacio de Vistalegre, en Madrid, con capacidad para unas 15.000 personas. A partir de entonces, la espuma no hizo más que subir: en marzo de 2008 abarrotó durante dos días consecutivos el Palacio de Deportes de Madrid (15.500 asistentes), proeza que repitió los días 6 y 8 de diciembre de ese mismo año. En febrero de 2010, volvió a reventar el mismo recinto durante tres días seguidos, y este año regresa a la capital para conseguir un éxito idéntico. Aunque de momento permanece en el modesto sello Ediciones Senador -responsable de editar desde recopilatorios de pasodobles hasta los trabajos de artistas como El Mani, Fondo Flamenco o Las Carlotas-, parece que en los últimos meses El Barrio ha comenzado a dar nuevo pasos en su hasta ahora escasa labor de autopromoción, firmando una extraña y chocante alianza de patrocinio con, nada menos, el diario deportivo Marca, y, ¡atención a esto!: una profundización en "el mundo de los aromas" –como indican desde su oficina de management- con el estreno del perfume Duermevela, que presentarán en esta nueva gira. ¿A qué huele El Barrio?
¿QUÉ SIENTE UN FAN DEL BARRIO?
Sin duda, este artista despierta verdaderas pasiones entre sus seguidores. Carmona recuerda un episodio curioso: "Un día me ocurrió una cosa que nunca olvidaré. Vivo cerca del Palacio de Deportes de Madrid, y cuando iba caminando por Goya, vi a un chico con sombrero, más tarde veo a otro chico también con sombrero, después a una chica con sombrero, más tarde a dos chicos con sombreros… así hasta llegar al Palacio de Deportes, donde de pronto me encontré en un maremágnum de gente con sombrero… Iban todos al concierto del Barrio. ¡Era como un sueño surrealista!". Pero incluso los hay que se han atrevido a internarse más en ese enjambre de fans, como Lino Portela, periodista y colaborador de ROLLING STONE. "Recuerdo cuando fui a hacer una crónica de uno de los conciertos en el Palacio de Deportes", rememora Portela. "La gente sentía una devoción total. Salvando las distancias, era como Mecano en los 80".
Y TODO ESTO… ¿POR QUÉ?
Quizás la fórmula de El Barrio se basa en lo que apunta Alberto Vila, quien pudo entrevistarle hace años en su Cádiz natal. "Queríamos verle en su salsa", recuerda el periodista, "y lo primero que me llamó la atención fue la simplicidad del personaje, lo sincero que resulta en todo lo que dice y su forma de decirlo. No muestra dobleces ni sofisticación alguna. Y eso, cuando lo convierte en música, es lo que conquista a los suyos". Para Portela, el éxito de Selu tiene que ver sobre todo con sus letras. "Salvando las distancias, a la gente con El Barrio le pasa como con Joaquín Sabina", apunta el responsable del espacio radiofónico Portela de noche. "Dice cosas que a mucha gente le gustaría decir a su chico o a su novia. Cuando la gente escucha sus letras, piensan: Eso me gustaría haberlo dicho a mí".
Un año más El Barrio vuelve a conseguir tres llenos consecutivos en el Palacio de Deportes de Madrid, donde estará actuando hoy (12 de enero), viernes (13) y sábado (14). Analizamos cómo y por qué este músico ha alcanzado un éxito tan masivo en nuestro país, demostrando que el efecto Camela aún tiene tirón y que el pop-flamenco-poligonero está más vivo que nunca. Por Julio Ródenas
Diez es el número clave, la cifra de la incógnita, la suma de un misterio que todavía muchos no saben explicar. Diez veces El Barrio ha reventado hasta los topes el Palacio de Deportes de Madrid en los últimos cuatro años. Es decir, cada uno de esos días, unas 15.500 personas han ido a ver en directo al líder de este proyecto, José Luis Figuereo Selu (Cádiz, 1970).
Ahora vuelve al Palacio, con tres conciertos consecutivos (días 12, 13 y 14 de enero), donde presentará su nuevo disco: Espejos. El cartel de "entradas agotadas" se colgó hace tiempo. Es la consolidación de que 'el efecto Camela' ha vuelto para quedarse una buena temporada. El Barrio está repitiendo e incluso superando el éxito del trío tecno-flamenquito: abarrota grandes recintos y vende miles de discos sin apenas promoción, manteniéndose fiel durante años a su pequeño sello discográfico, el sevillano Ediciones Senador, y apoyándose en el boca a boca como arma principal.
Y aún así, muchos siguen preguntándose cómo un sencillo tipo de Cádiz se pone un sombrero y, con una propuesta musical tan simple y trillada –sabor flamenco con algo de rock y mucho pop melódico-, puede meterse en el bolsillo a 15.500 personas año tras año. ¿Puede uno convertirse en una de las mayores estrellas de este país siendo a la vez lo más anti-rockstar que uno puede imaginar? El Barrio lo ha conseguido
EL FENÓMENO
Aunque Selu comenzó su andadura discográfica en 1996 con Yo sueno flamenco –un disco que intentaba sin éxito copiar la fusión de flamenco y ritmos latinos de los Ketama más decadentes-, la fiebre no llegó hasta 2002, con su quinto trabajo, Me voy al mundo, con el que consiguió su primer Disco de Oro, logros que tuvieron continuación en el álbum Ángel malherido –¿a quién no le han martilleado los tímpanos con la cantinela de “ángel de amor/qué pena que sufriste un desamor/caíste en la hoguera de la pasión/sólo das tormento”- y los conciertos multitudinarios. Pero Selu sigue siendo el de siempre, un músico humilde sin más estrategia estética que unos vaqueros, una camisa y su característico sombrero. "Ése es el rasgo que le distingue de los demás", opina el veterano periodista musical Alberto Vila, quien ha podido conocer de cerca el mundo de El Barrio. "[Selu] es un personaje con un fuerte arraigo tanto en el sur de España como en suburbios y pueblos alrededor de las grandes capitales, posiblemente por las corrientes migratorias que los habitan”, argumenta Vila. El propio músico ha explicado en parte el porqué de su éxito en una entrevista en 2010 con el diario Público: "El secreto está en hacer las cosas con sentimiento y pensando en la gente que te va a escuchar", explicaba Selu. "Hablar de temas candentes de la sociedad, utilizar lenguaje urbano". Para Ángel Carmona, director y presentador de Hoy empieza todo en Radio 3, "es un fenómeno muy de barrio. Quizás es un poco loco lo que voy a decir, pero, salvando las distancias, este fenómeno es comparable al de Fito y Fitipaldis en el sentido de que los dos tienen un punto muy de extrarradio. Lo de El Barrio nos puede parecer una cosa muy poligonera y muy choni, pero es que España también tiene una parte de eso, ya sabes, ese rollo de pintar en un puente Te quiero, Sonia". Este videoclip del tema Querida enemiga refleja ese espíritu a la perfección:
¿A QUÉ SUENA EL BARRIO?
Si las letras del gaditano conectan con el público por su sencillez y ese "lenguaje urbano" –bautiza sus canciones con títulos como Historias de carretera, Crónicas de un gay, Historias de Sevilla o Na de na-, su música se centra en estilos muy populares en ciertos barrios del extrarradio de las ciudades: una fusión de ritmos y acordes flamencos, pop melódico facilón y una derivación ramplona del rock andaluz de los 70 y 80. Selu asegura ser fan de Paco de Lucía –de hecho dio sus primeros pasos como guitarrista en peñas y tablaos- y de grupos clave del rock andaluz, pero el resultado final de sus canciones le acercan más a El Arrebato y Andy & Lucas que a los discos transgresores de sus admirados Triana, Alameda o Medina Azahara. Precisamente con estos últimos grabó una versión del tema Abre la puerta, en homenaje a la banda de Jesús de la Rosa:
LAS CIFRAS DEL ÉXITO
A través del boca a boca, El Barrio ha sido capaz de colocarse como superventas con una rapidez asombrosa. Según las listas de Promusicae, el gaditano ha sido uno de los artistas con más éxito comercial en los últimos años. En 2002 consiguió su primer Disco de Oro con el álbum Me voy al mundo, y tan sólo dos año más tarde, con el dichoso Ángel malherido sonando a todo trapo en la mitad de los coches tuneados del país, logró llenar el Palacio de Vistalegre, en Madrid, con capacidad para unas 15.000 personas. A partir de entonces, la espuma no hizo más que subir: en marzo de 2008 abarrotó durante dos días consecutivos el Palacio de Deportes de Madrid (15.500 asistentes), proeza que repitió los días 6 y 8 de diciembre de ese mismo año. En febrero de 2010, volvió a reventar el mismo recinto durante tres días seguidos, y este año regresa a la capital para conseguir un éxito idéntico. Aunque de momento permanece en el modesto sello Ediciones Senador -responsable de editar desde recopilatorios de pasodobles hasta los trabajos de artistas como El Mani, Fondo Flamenco o Las Carlotas-, parece que en los últimos meses El Barrio ha comenzado a dar nuevo pasos en su hasta ahora escasa labor de autopromoción, firmando una extraña y chocante alianza de patrocinio con, nada menos, el diario deportivo Marca, y, ¡atención a esto!: una profundización en "el mundo de los aromas" –como indican desde su oficina de management- con el estreno del perfume Duermevela, que presentarán en esta nueva gira. ¿A qué huele El Barrio?
¿QUÉ SIENTE UN FAN DEL BARRIO?
Sin duda, este artista despierta verdaderas pasiones entre sus seguidores. Carmona recuerda un episodio curioso: "Un día me ocurrió una cosa que nunca olvidaré. Vivo cerca del Palacio de Deportes de Madrid, y cuando iba caminando por Goya, vi a un chico con sombrero, más tarde veo a otro chico también con sombrero, después a una chica con sombrero, más tarde a dos chicos con sombreros… así hasta llegar al Palacio de Deportes, donde de pronto me encontré en un maremágnum de gente con sombrero… Iban todos al concierto del Barrio. ¡Era como un sueño surrealista!". Pero incluso los hay que se han atrevido a internarse más en ese enjambre de fans, como Lino Portela, periodista y colaborador de ROLLING STONE. "Recuerdo cuando fui a hacer una crónica de uno de los conciertos en el Palacio de Deportes", rememora Portela. "La gente sentía una devoción total. Salvando las distancias, era como Mecano en los 80".
Y TODO ESTO… ¿POR QUÉ?
Quizás la fórmula de El Barrio se basa en lo que apunta Alberto Vila, quien pudo entrevistarle hace años en su Cádiz natal. "Queríamos verle en su salsa", recuerda el periodista, "y lo primero que me llamó la atención fue la simplicidad del personaje, lo sincero que resulta en todo lo que dice y su forma de decirlo. No muestra dobleces ni sofisticación alguna. Y eso, cuando lo convierte en música, es lo que conquista a los suyos". Para Portela, el éxito de Selu tiene que ver sobre todo con sus letras. "Salvando las distancias, a la gente con El Barrio le pasa como con Joaquín Sabina", apunta el responsable del espacio radiofónico Portela de noche. "Dice cosas que a mucha gente le gustaría decir a su chico o a su novia. Cuando la gente escucha sus letras, piensan: Eso me gustaría haberlo dicho a mí".