El fin siempre vence a los principios.
Omega. Apocalípsis.
Redux, el final de este estado de cosas. Donde por cierto cantaba Fernando Terremoto, el de Jerez, que también se fue.
El fin, el final.
Siempre estará vivo.
Pero ha muerto.
Omega.
Final.
Enrique cuando le daba jaque mate al ajedrez en el tablero de la mesa de según entras a la derecha a Miguel, en el Candela: "Señores, háganse a la idea, na es eterno". Cuantas veces se lo habrá dicho el uno al otro a altas horas de la madrugá en la calle del Olmo. Esta noche ha vuelto a jugar al ajedrez con Miguel Candela. No sabemos el resultado.
Hoy reencuentro con Agustín Castellón Campos, Sabicas, pamplonica de la Mañueta por frente la mítica churrería de los sanfermines, el auténtico inventor del rock andaluz. Algo positivo tendrá que haber en todo esto.
"Así me gustaría que fuera el mío". Funeral de Fernando Fernán Gómez en el Español, fui con él y me lo dijo después de cantarle "Caminito", cuando nos fuimos a otro lugar al salir el coche con Fernando. Que fatiga que no haya estado Enrique en un teatro aquí en Madrid, como Fernando, al menos en Granada ha sido así.
Son tantas las palabras que no hay palabras.
Son tantas las ideas que no hay ideas.
Es tanta la impotencia.
"El reloj de la audencia tiene sentencia conmigo", pequeño reloj por taranto.
El pastor bobo guarda las caretas.
Ese vals, ese vals...
Un fax a Canadá para Leonard. Cohen. Que majo es.
Penitencia.
Difícil de asimilar, sabemos que ha sucedido pero todavía no lo hemos digerido, como estuvimos hablando Miguel y yo anoche. Gran responsabilidad tendrá Miguel a partir de ahora, Poveda se queda casi sólo en primera línea, con Arcángel.
Sacromonte herido, Granada sin ser Granada, un carmen del Carril de San Miguel violado en la noche anterior de los hechos. Porque el ser humano, aparte de la tendencia a ser vanidoso y egocéntrico, a veces tiende a ser miserable hasta extremos inimaginables. Y chungo.
"si es que la gente es asi, que le vamo a hacé", habrá dicho.
Se ha ido.
Como se fue Walt Whitman mucho antes.
Como se fue tanto arte.
Se fue.
" "
Es decir...
Silencio. Soledad. Respeto. Arte.
No words.
Queda la tranquilidad de que hoy conocerá personalmente entre otros a John Cage y a Marcel Duchamp. Y a Whitman.
Que no es poco. Aunque nos quedamos sin conocer en este mundo el proyecto sobre Whitman, "Leaves on grass", padre de "Poeta en Nueva York". Porque Federico siempre quiso ser como Walt.
Escuchemos a Estrella, hace un ratito, justo antes de llevarse a Enrique al cementerio en Granada: http://www.aireflamenco.com/tiempo/83-estrella-morente-canta-a-enrique-151210
Tardaremos en asimilarlo. Se ha ido. Ninguna otra noche más con él. Un artista, el cantaor principal. Un amigo, de empatía total.
Por primera vez no "hemos salío ilesos", como decía él. Y se hace difícil de entender.
Enrique, para siempre.